Responsabilidad

Como padres debemos asumir que, en cuando a la crianza de nuestros hijos/as, aún habiéndolo hecho todo bien, ellos/as, a veces, deciden tener una conducta inadecuada. Antes de comenzar, siempre es bueno recordar que los padres que asumen la responsabilidad de las malas conductas y los errores de sus hijos/as, se preguntan continuamente: ¿qué he hecho mal? Y no siempre lo hacemos todo mal, hay que asumir que aún habiéndolo hecho todo bien, nuestros hijos/as, a veces, deciden tener una conducta inadecuada. 

Pero si persisten o nos intimidan por las mismas y decidimos tirar la toalla, las consecuencias a largo plazo sí podrían terminar siendo devastadoras.

Nadie puede hacer pronósticos pues la vida depende de múltiples variables que influyen en nuestro aprendizaje. Lo cierto es que dejar para mañana lo que puedes enseñar hoy es restar oportunidades de que tus hijos/as aprendan.

Puedes dejarles al amparo de la propia naturaleza (de su propio ritmo vital), puedes dejarte intimidar por sus gritos o excusas, pero también puedes crecer con ellos/as afrontando la realidad y luchando por mejorar. No pasa nada porque los padres cometamos errores en la educación de nuestros hijos/as, somos personas, y nadie nos ha enseñado.

 Debemos ser conscientes de que tenemos problemas con nuestros hijos/as para poder comenzar a cambiar las conductas disfuncionales por conductas funcionales. Sé sincero con tu hijo(a) y contigo mismo(a), adviértele las consecuencias y dile que estás dispuesto a ayudarle. ¡Diciéndolo y haciéndolo!. Si no puedes hacerlo solo, busca la ayuda de profesores/as u otros profesionales, y trabajemos juntos con ellos/as, compartiendo las responsabilidades.

Reflexionar sobre la conducta inadecuada de nuestros hijos. Partimos de una premisa fundamental "nuestros hijos no son malos, sólo han aprendido a comportarse inadecuadamente y nosotros no hemos contado con métodos adecuados para enseñarles" LeBlanc, J.M. 1996.

Planificar la mejora del comportamiento de mis hijos/as. Para tener éxito lo más importante es planificar y está claro que la vida resulta mucho más sencilla cuando se tiene una idea de lo que va a suceder. La mayoría de los problemas de comportamiento pueden evitarse con la planificación y es ahí donde les podemos sacar ventajas a nuestros hijos/as porque poseemos experiencia de cómo hacerlo:
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Pensemos las metas. ¿Tengo claro cómo me gustaría que fuese todo?. Para acertar en este punto hay que ser objetivo (las utopías sólo se dan en la ficción y los niños nunca pueden portarse bien el 100% del tiempo), realista (pienso en metas que son alcanzables para mis hijos y para mí) y funcional (una meta que contribuya a una mejoría de todos los miembros de la familia para crear un ambiente positivo en nuestro hogar). Escribamos una lista de lo que queremos mejorar o eliminar. Es posible que queramos conseguir cambios que impliquen "ser felices" o "llevarse bien con sus hermanos" pero para hacer cambios importantes necesitamos ser más específicos: Qué significa que se lleven bien, ante qué personas o situaciones espera que ellos/as se comporten y de qué manera deben hacerlo bien.

Anticiparse Cuando sabemos en qué sitios nuestros hijos/as son revoltosos y en qué momentos es más probable que se desencadenen los problemas, tenemos la clave de cómo prevenirlos. Anticiparse implica que antes de salir o estar en una situación de probable conflicto debemos:  Explicar las normas antes (no después de los conflictos)  Cada quince minutos, les recordamos cómo será la recompensa.  Hagámosles partícipes en el plan que estamos siguiendo. Que sean ellos los que nos digan qué deben hacer y los incentivos que les gustaría conseguir.

 4º Corregir a mi hijo en cuanto la conducta inadecuada aparece. Hay veces que por muy previsores que seamos, las conductas inadecuadas aparecen por inercia, es decir, es la costumbre. Recuerde que los cambios se producirán poco a poco de manera que deberemos estar preparados para los momentos difíciles. Debemos tener en cuenta que estas situaciones también son oportunidades para aprender, es decir, para aprender que con esos comportamientos no conseguirá nada. Para actuar con éxito:  Mantén la calma, no permitas que la pataleta te desespere. Eso le mostrará que estas seguro(a) de lo que haces.  Cuida el modelo de corrección que le estás dando. Si le pegas por pegar, afianzarás lo que quieres eliminar. Si castigas por no colaborar, restarás oportunidades de aprender cómo hacerlo mejor.  Aplica las consecuencias que establecistes en tu plan. Puedes ignorar llantos, gritos, siempre que no actúen contra otra persona, puedes sacarles físicamente a otro lugar (todo depende de cada niño y del análisis de sus comportamientos que hiciste al principio).  Por ejemplo: a) Actúa inmediata y persistentemente; dejarlo para más tarde o pasarlo un día sí y otro, tiene el peor de los efectos a largo plazo. b) Quita del campo visual el motivo de disputa. Pasado un tiempo, inicia una nueva situación que no tenga nada que ver
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y comoenza a recompensarle por su participación. No olvides que un niño/a que muestra una conducta inapropiada a menudo, puede tener falta de motivación para colaborar. Busca las motivaciones en otras facetas más productivas. c) Recuérdale que "él puede estar tranquilo" podría servirle de ayuda sobre cómo puede conseguir salir del conflicto. Pero cuidado, si le recuerdas lo que hizo mal o utilizas amenazas la conducta se puede disparar de nuevo. d) Jamás lo abraces o beses en mitad o al final inmediato de un conflicto. Esta actitud puede confundirlos con que el cariño siempre viene después de la pelea.

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